Lo más interesante del Tarot está en las veintidós cartas con nombre. Estas cartas tienen significado numérico y también un muy complicado significado simbólico.
La literatura relativa al Tarot tiene en consideración principalmente la lectura de los diseños simbólicos de las veintidós cartas. Verdaderamente muchos escritores sobre ocultismo han desplegado sus trabajos sobre el plan del Tarot. Pero esto no se sospecha frecuentemente porque el Tarot raramente es mencionado. Oswald Wirth habla del origen del Tarot en su ensayo sobre el Tarot Astronómico.
“De acuerdo al cristiano, los veintidós arcanos mayores del Tarot representan los cuadros jeroglíficos que se encontraban en los espacios entre las columnas de una galería que el neófito estaba obligado a cruzar en las iniciaciones egipcias. Había veintidós columnas al norte y la misma cantidad al sur, esto es, once cuadros simbólicos a cada lado.
Estos cuadros eran explicados al candidato para la iniciación en orden regular, y ellos contenían las reglas y principios para el iniciado. Esta opinión es confirmada por la correspondencia que existía entre arcanos cuando estaban así dispuestos.”
En la galería del templo los cuadros eran dispuestos en pares, uno opuesto al otro, así que el último cuadro era opuesto al primero, la penúltima se oponía a la segunda, etc. Cuando colocamos así las cartas encontramos una sugerencia interesante y profunda. De esta forma la mente encuentra el uno en el dos, y es llevada del dualismo al monismo, que es lo que podemos llamar la unificación de la dualidad.
Una carta explica a la otra y cada par muestra además que ellas pueden ser solamente explicadas en forma mutua y no hay significado cuando son tomadas en forma separada.
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